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Un testigo recuerda:

"Esto lo recuerdo perfectamente porque siendo adolescente por casualidad pasaba por ahi. Recuerdo la persona baleada. Un gentio se aglomero. Miradas silentes. Calieses por todas partes armados. Brasil en su mejor hora. Calieses sudorosos, nerviosos, pistolas en manos, gente mirando en la acera del frente, temor. Un cuerpo ensangrentado sobre la grama a la entrada de la Embajada. Sotanas ensangrentadas. Conmocion. Lo recuerdo todavia perfectamente. Imposible olvidar las imagenes cuando paso por esa casa q fuera Embajada de Brasil. Era el declive final de la dictadura. Doce meses despues cayo el tirano."

Juan Mansfield
En Twitter
Juanmansfield@johnbix

(Ver mas abajo un testimonio mas completo)

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Articulos, extractos y testigos

Esta página de artículos, párrafos de libros y entrevistas relacionados a la violación a la embajada de Brasil probablemente no sea de gran interés para el público en general, sino para los historiadores e investigadores que tengan interés en una información más concreta y en la documentación de este caso y de varios otros casos de asilo.

Algunos de los que tengan la paciencia de leer el resto de esta página se preguntarán por qué tantos detalles, por qué tantos recortes de periódicos sobre un caso que probablemente no tuvo mucha trascendencia política.  

Como respuesta repito lo que escribí en la introducción del portal: No es por querer sobredimensionar lo que le pasó a mi familia, ni lo hago porque crea que con repetir y con copiar muchos artículos de la prensa extranjera lograré llamar la atención. Me he ocupado de incluir todos estos detalles y la mayoría de los recortes de periódico que tengo principalmente para que los que se han dedicado a hilvanar dudas sobre otros asesinatos de la dictadura, aprovechándose de lapsos o vacíos en la información compartida con el público y aprovechándose también de que ya han pasado más de 50 años, no puedan hacer lo mismo con el caso de mi familia: No podrán decir que los disparos y los  heridos ocurrieron fuera del recinto de la embajada, ni que no hubo niños heridos, ni que a mi madre no le dieron un macanazo en la cadera, ni que a mi hermano y a mí no nos llevaron a la 40 no se sabe con qué intenciones; no podrán decir que los gendarmes en el área fueron atacados por delincuentes (como han dicho en otros casos de asilo), ni podrán decir que los esbirros que "resguardaban" las embajadas dispararon en forma impulsiva, sin una clara orden superior y con esto exculpar a la alta jerarquía del régimen, etc., etc.

Los detalles concretos en mi relato y estos recortes previenen que los que han estado tratando de adecentar la dictadura trujillista distorsionando los hechos 50 años despues en aras de ambiciones políticas intenten una explotación oportunista de cualquier vacío en la información que yo hubiese dejado. Es por todo esto que prefiero pecar por exceso de información, arriesgando cansar a los lectores.

Por cierto, precisamente para no recargar esta página con recortes innecesario y repetitivos, decidí no incluir algunos recortes del Jornal do Brasil y de la prensa norteamericana, debido a que no aportan ninguna información que no haya sido expuesta en los artículos ya incluidos más abajo.

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Como el primer artículo que la periodista Angela Peña publicó el 13 de mayo, 2013 titulado Alberto Abreu Morel, asesinado frente a su esposa e hijos cuando buscaba asilo, se basó en el largo relato que yo escribí (La violación a la embajada de Brasil, ver página anterior), en muchos de los recortes de periódicos que incluyo más abajo y en otros episodios que incluyo en Mis memorias y en Mis familiares, decidí sólo poner el link del artículo y no copiar el artículo aquí porque es en realidad un resumen, excelente por cierto, de una parte de la información que comparto en este portal y sería repetir los expuesto ampliamente en estas páginas. Para los que tengan interés en leer el articulo de la periodista Angela Peña, éste es el link: 

http://hoy.com.do/alberto-abreu-morel-asesinado-frente-ahijos-y-esposa-cuando-buscaba-asilo/).



Cierro esta página con otro excelente artículo de Angela Peña, el cual aporta detalles nuevos, algunos de los cuales yo misma no conocía. Dicho artículo se titula sencillamente Alberto Conrado Abreu Morel (ver más abajo).

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El testimonio del señor Juan Mansfield:

Después de leer el Twitter de Juan Mansfield (ver mas arriba) traté de contactarme con él durante varios meses. Por fin establecí contacto y me contestó con la siguiente carta por correo electrónico. El suyo es un importante testimonio como testigo del sangriento atropello de esa mañana. El señor Juan Mansfield, a quien no he tenido el gusto de conocer personalmente, tuvo la gentileza de responder a mis indagaciones sobre lo que él presenció y generosamente me ha permitido publicar su respuesta enviada hoy domingo, 10 de abril, 2016:



Muchas gracias, señor Mansfield. Su testimonio no tiene precio.

Los hombres que el señor Mansfield vio eran los secretarios de la embajada. Yo también recuerdo que llevaban saco puesto, en contraste con los calieses, la mayoría de los cuales, si no todos, llevaban ropa informal. En realidad, al único que recuerdo que tenía un saco puesto (posiblemente color verde) es el hombre que vi parado en la esquina cuando entramos y que sacó una pistola y disparó, vestido con saco para aparentar ser un ciudadano corriente o para esconder la pistola.

Mi madre me había contado que le habían dicho que también llegaron calieses de otras embajadas cercanas. Esto lo confirma ahora el señor Mansfield. Juan Mansfield también vio cuando sacaron el carro para hacer creer que no logramos entrar en la embajada.

Es interesante lo de las banderas. Yo no las vi pues mi atención estaba totalmente concentrada en mi padre y no volví a mirar hacia el carro o hacia la entrada, pero no me sorprende que las hayan sacado porque sé que la embajada usaba banderas para darles protección a los asilados que después de asilarse se encontraban fuera de su recinto. Por ejemplo, cuando salieron los del grupo de Read Vittini hacia el aeropuerto, iban agarrados de banderas brasileñas. Además, les habian puesto banderas brasileñas a los autobuses que los trasladaron. Una de mis tías sí me contó que habían colgado banderas brasileñas en las dos habitaciones del hospital Gautier donde se encontraban mi madre y mis hermanos recuperándose. 

En cuanto a que el señor Mansfield no viera que agarraron a mi madre por los cabellos, no se puede esperar que todos viéramos todo lo que los otros vieron. Como dice Juan Mansfield, su atención se centró en mi hermano Alberto porque le pareció una persona conocida y es posible que en esos momentos ocurrió lo de mi madre, tal como yo no vi las banderas que él cree que vio. Había muchos calieses y es posible que su línea de visión estuviera interferida por uno o varios calieses en esos instantes. Como dije en mi relato, todo estaba ocurriendo muy rápido.

Le envié una nota electrónica al señor Mansfield preguntándole si había oído a la gente gritándoles a los calieses (asesinos, no los maten! Son niños!, etc.), y me dijo que no. Sin embargo, puedo asegurar que yo sí los oí y esas voces, como si fueran ángeles que trataban de protegernos, se me quedaron grabadas en mi memoria para siempre. Siempre las he recordado tan claramente como siempre he recordado las peores imágenes que observé en esos momentos, imborrables. Es posible que donde él estaba parado no los oyera pues los que yo pude oír gritando eran los que estaban parados justo enfrente de la embajada. No sé si la gente que estaba más alejada gritaba. En forma poco clara, casi como en una nebulosa, me parece que también había gente parada en la acera diagonal a la acera de la embajada y es posible que Juan Mansfield estuviera en esa otra acera. Trato de no agobiarlo con demasiadas preguntas, ya que con compartir esos recuerdos ya ha hecho suficiente, pero si le escribo de nuevo le preguntaré.

El señor Juan Mansfield había comentado que de vez en cuando pasaba frente a esa ex embajada por lo que le pedí que si un día pasaba por ahí que talvez le podría tomar una foto a ese edificio con el celular. Juan Mansfield tuvo la gentileza de hacerlo y le tomó varias fotos a la residencia desde diferentes ángulos. A continuación comparto dos de esas fotos. El círculo rojo en la primera foto indica donde yacía mi padre herido después de que lo sacaron arrastrado de los jardines de la embajada. El círculo rojo en la segunda foto indica donde la gente estaba aglomerada. También me informó que había gente en la otra acera, la acera de Bellas Artes. Todas las fotos me conmovieron cuando en mi mente reconstruí los hechos al mirar las fotos. En un intercambio de breves notas le pregunté si él estaba relacionado con Servio y Juan Ducoudray Mansfield, me contestó que era primo hermano. Los Ducoudray Mansfield fueron dos íntegros y sacrificados militantes del antitrujillismo quienes, junto a su padre, contribuyeron a nuestro desarrollo político y cultural a un alto precio para esa familia. Hoy una calle de nuestra capital honra a Félix Servio Ducoudray Mansfield con su nombre. Gracias señor Mansfield una vez más por su testimonio y por todas las fotos.


Estas dos fotos se tomaron a finales de 2016. El muro entre la acera y los jardines de la residencia solo tenia unos tres pies de altura en 1960. La calle que pasa por medio de las dos fotos es la avenida Máximo Gómez (para agrandarlas, haga click en las fotos).

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La revista TIME no permite la reproducción de sus artículos por lo que sólo coloqué parte de los primeros dos párrafos de este artículo, Una carrera contra la muerte, publicado una semana después de la agresión contra mi familia. Si algún investigador tienen interés, puede ir al portal de TIME Magazine y solicitar una copia.



El artículo contiene muchos detalles inexactos por tres razones obvias:

1 - Principalmente, por el régimen totalitario e impenetrable en que toda información adversa a la dictadura no se podía difundir libremente, sino que era necesario obtenerla a través de canales informales, a menudo con detalles inexactos y a veces hasta contradictorios.

2 - Porque debido a la tecnología de entonces, las cadenas internacionales de transmisión de la información obtenían datos escuetos en los primeros días o en la primera semana después de un suceso. Se necesitaban semanas para ir aclarando los detalles de los hechos a través de telégrafos, teletipos y llamadas telefónicas a larga distancia en que la comunicación era defectuosa. Esos eran los únicos medios en 1960 para compartir información a nivel internacional, a menos que el periódico pudiera entrevistar a un testigo personalmente fuera del país.

3 - En 1960, el proceso de publicar un artículo en una revista semanal como TIME Magazine, se llevaba alrededor de una semana. El periodista tenía que escribir el borrador a maquinilla, luego tenía que editarlo y copiarlo varias veces a maquinilla hasta obtener una copia sin errores. Luego, el articulo era enviado al jefe de redacción para su aprobación, donde (a maquinilla también) la revista lo editaba varias veces, luego, le hacían el proofreading (haciendo varias copias más a maquinilla) hasta obtener su forma final. Luego, trabajosamente se componía físicamente (no virtualmente como ahora) la distribución y el diseño de las páginas (texto, fotos, anuncios, encabezados, etc.), lo que se podía llevar días. Finalmente, las páginas compuestas eran enviadas a imprenta donde se hacía el lento proceso de linotipia y offset. Posteriormente, las revistas eran empacadas y distribuidas físicamente. Esto significa que ese artículo que salió a la luz pública el 17 de julio, tuvo que ser redactado por el periodista por lo menos una semana antes, es decir, dos o tres días después del atropello en la embajada. Esto explica por qué el artículo contiene numerosos errores e imprecisiones sobre los hechos, dado que para que surgieran detalles concretos (en un régimen hermético y amenazante) sobre un episodio adverso a la dictadura, se necesitaba semanas y hasta meses.

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Varios de los siguientes recortes y libros demuestran que los calieses tenían la orden de disparar a matar a todo el que intentara asilarse en una embajada. Ese tipo de orden de matar, que afectaría a sitios de tanta importancia como las sedes diplomáticas, sólo podía provenir de la más alta jerarquía, el propio dictador. Ya ese mismo año de 1960, antes de que mi familia se asilara, habían ocurrido numerosos intentos de asilo en que los calieses les disparon a los que buscaban refugio. Algunos ejemplos: El grupo de Mario Read Vittini (Brasil), Luis Escoto (Brasil), José Frank  (Argentina), incluyendo dos casos más de disparos y heridos tres días antes de que mi familia se asilara (ver el caso de René Gil y el caso de Gilberto Pérez más abajo). Tengo entendido, según un par de artículos, que también le dispararon a otro pequeño grupo de asilados, sin bajas, poco después de que nosotros salimos hacia Brasil.

Sin embargo, en el caso del sangriento atropello contra mi familia y contra la embajada brasileña el 7 de julio, la situación se le complicó a Trujillo puesto que varios días antes se había convocado a una urgente reunión de cancilleres para agosto con el propósito de tratar sobre el atentado contra el presidente Rómulo Betancourt cometido por Trujillo a finales de junio y para disponer sanciones económicas y diplomáticas contra el régimen. Resulta que quien estaba designado como presidente de dicha reunión de cancilleres era nada menos que el canciller brasileño, Horacio Lafer. Esta situación internacional obligó a Trujillo a ir personalmente esa misma noche del 7 de julio a la embajada brasileña a presentar sus disculpas (ver libro de Bernardo Vega más abajo) como si él estuviera sorprendido y consternado por el atropello y completamente al margen de la orden de matar a todo el que tratara de asilarse. No olvidemos que una decisión que podría tener repercusiones regionales en el continente y hasta internacionales, como lo era la orden de disparar a matar para impedir que pesonas entraran libremente a una embajada, sólo podía provenir de la más alta autoridad del régimen, el propio Trujillo. Además de la visita de Trujillo a la embajada ese día 7 de julio, también se presentó en la embajada el Canciller dominicano a prometer "un castigo ejemplar" para los calieses. Además, el siguiente artículo señala que después fue una comitiva compuesta por el Ministro de Justicia, el Procurador General de la República, el Procurador de la Corte e Apelación, el Procurador Fiscal y dos jueces más, quienes
 habían ido a la embajada también a prometer reparaciones y un "castigo ejemplar" en contra de los calieses que nos atacaron, como si los calieses hubieran actuado completamente por su propia cuenta. Durante el período de espera para salir del país, yo había oído a mi tía Divina (la tía que más interactuaba con los funcionarios de la embajada) decirle a alguien que Trujillo estaba supervisando el caso personalmente, pero como yo no tenía ninguna prueba (excepto lo que oí de mi tía) no lo había mencionado en mi relato anteriormente. Inclusive, yo la oí decir que Trujillo "le mando el pésame a mamá" (mi abuela Josefa).


Contrastando radicalmente con su actitud anterior hacia las embajadas que les habian dado asilo a otros perseguidos (ver el asedio permanente y la actitud hostil y arrogante en El caso de las tres embajadas y los demás casos de permanente agresión en contra de las embajadas que daban asilo en la página Trujillo y las embajadas). de repente esta vez los altos jerarcas del régimen actuaron como los más indignados y escandalizados por el ataque a la embajada ese día 7 de Julio.

Además, en contraste con toda esta movilización por parte de los jerarcas de la dictadura tratando de reparar sus relaciones con Brasil, la población seguía inmersa en un ambiente de "normalidad" ininterrumpida gracias al silencio total que mantuvo la prensa trujillista, salvo un artículo que, según nos contaron, decía que se trató de un ataque en contra de unos policías por parte de delincuentes. Pueden ver más abajo un artículo del periódico Correio da Manha que menciona el encubrimiento de la prensa dominicana por medio de un silencio casi total.


Entre las pruebas que veremos de que esta violación de la embajada brasileña fue parte de una decisión del Estado y que no fue un caso aislado debido al descontrol de los calieses, tenemos el hecho de que en esa misma semana de julio hubo en Ciudad Trujillo dos incidentes más de ataques a balazos por calieses en contra de personas que trataban de asilarse en embajadas, tal como lo señalan Bernardo Vega en su libro y varios artículos de periódico (ver más abajo). También pueden leer sobre los violentos ataques que ocurrían en 1960 en otras embajadas en la siguiente página de este portal bajo el título Trujillo y las embajadas.

También quiero reiterar lo que comenté en mi relato (La violación a la embajada de Brasil) en el sentido de que la burda hipocresía del dictador y sus cohortes se puso plenamente de manifiesto cuando a los pocos días de que Trujillo, su canciller y la más alta jerarquia del Ministerio de Justicia fueran a la embajada brasileña a presentar sus disculpas, su preocupación por el sangriento episodio y a prometer "un castigo ejemplar", el hermano de uno de los principales generales del régimen trató de matar a Eugenio Cabral en el hospital por medio de una inyección de trementina y éste se salvó porque mis hermanos pidieron ayuda y Cabral fue intervenido por otros médicos.

  



El anterior recorte nos ofrece un ejemplo de como el régimen mantenía al pueblo desinformado a través de los medios de comunicación amordazados. El pueblo solo sabía lo que al régimen le convenia que supieran. Algunas cosas se sabían gracias a las cadenas de información de boca en boca, o mejor dicho, de susurro en susurro. Cuando un país rompía relaciones diplomáticas con el régimen, casi siempre o a menudo no lo anunciaban y los dominicanos no sabían que esas residencias diplomáticas ya no eran embajadas y no podían brindarles protección. Todo lo contrario, los dominicanos llegaron a saber que en las ex-embajadas el SIM metía a calieses armados para que esperaran a los persiguidos que buscaban asilo. Por eso, era muy importante escuchar clandestinamene las estaciones extranjera y así quedar informados de que, entre otras cosas, ya no se podían asilar en determinada embajada.




(Traducción del artículo anterior)


Disculpas y reparaciones de Trujillo hacen que Brasil no piense más en rompimiento


El gobierno de Brasil no deberá romper relaciones con República Dominicana ya que el gobierno de Trujillo presentó disculpas por el incidente ocurrido hace días en los jardines de la embajada brasileña y deberá presentar todas las reparaciones morales y materiales, incluyendo la devolución del ciudadano dominicano que fue herido cuando bajaba de un automóvil para solicitar asilo en la embajada de Brasil en Ciudad Trujillo (posiblemente se refiere a Cabral por el atentado en el hospital, pero especulo).


Por lo menos esa es la tendencia que muestran las personas ligadas a la política exterior de Brasil, quienes le afirmaron al JORNAL DO BRASIL que no hay un precedente de rompimiento de relaciones cuando un país presenta disculpas y reparaciones a menos que los dos país estuvieran en una “lucha declarada”, el cual no es el caso de Brasil y la República Dominicana.


YA NO VIENE


Por otro lado, el embajador de Brasil en la República Dominicana, el Sr. Jaime de Barros, ya no vendrá a Brasil como se había establecido. El embajador Jaime de Barros tendrá una audiencia ante la justicia dominicana y acompañará el proceso establecido en ese país para castigar a los culpables por el asesinato de los ciudadanos dominicanos que buscaban asilo en la embajada de Brasil. Sólo entonces, después de tener en su posesión los elementos del proceso establecido, el embajador Jaime de Barros llegará a Brasil para presentar un relato personal al Ministerio de Relaciones Exteriores.


Por su parte, el gobierno dominicano tiene el mayor interés en acomodar los acontecimientos, ya que estará enfrentando próximamente una reunión de consulta de los cancilleres americanos, como reo, acusado de participar directamente en el atentado que sufrió el presidente de Venezuela, Rómulo Betancout. Con ese fin, ya envió a la embajada de Brasil en Ciudad Trujillo para presentar disculpas, al Ministro de Justicia, el Procurador General de la República, el procurador adjunto a la Corte de Apelación, el Procurador Fiscal del Gobierto, junto con dos jueces, prometiendo reparaciones y un “castigo ejemplar” para los culpables.


LA COMISIÓN Y EL ITAMARATÍ


La Indicación (?) presentada por la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara que sugiere el rompimiento de relaciones diplomáticas con la República Dominicana por considerar que es insuficiente una simple protesta de parte del gobierno brasileño, tendrá poca influencia sobre la determinación del Ejecutivo de no romper relaciones con el gobierno de Trujillo. El rompimiento de relaciones es un acto privativo del Poder Ejecutivo que se hace a través del Itamaratí.


Círculos ligados al propio Gobierno consideran que el pronunciamiento de la Cámara es indebido a pesar del hecho que el autor de la propuesta presentada a la Comisión de Relaciones Exteriores fue el diputado Vasconcelos Torres, del partido mayoritario.


El senador Auro Mora Andrade, líder del partido mayoritario en el Senado, sostuvo ayer una entrevista con el canciller Horacio Lafer, sobre el caso pero no quiso revelar nada sobre las conversaciones.


Por otro lado, se espera que el senador Moura Andrade, quien fue parte de la delegación brasileña a la Conferencia de Cancilleres realizada el año pasado en Santiago, trate de desarrollar un esfuerzo conciliatorio entre el Legislativo y el Ejecutivo sobre el problema del rompimiento o no con el gobierno de Trujillo.

(Fin de la traducción)

Notas:

1- Hasta donde mi familia está informada, las únicas reparaciones que hizo el gobierno dominicano fue hacerles un juicio a varios de los calieses que nos dispararon y, supuestamente, condenarlos a prisión. Yo no puedo confirmar que los "responsables" fueran encarcelados o si así lo hicieron, no sé por cuanto tiempo. También deseo aclarar que mi familia nunca, desde 1960 hasta hoy, ha recibido ni ha pedido reparaciones ni ayuda de ningún tipo de parte de los gobiernos dominicanos ni, naturalmente, de cualquier otro gobierno.

2- Como lo señala el editorial más abajo, una de las principales razones, si no la principal, por la que Brasil no rompió relaciones en esos momentos fue por razones humanitarias: Para mantener la embajada como válvula de escape para los perseguidos políticos.

3- Al Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil le dicen el Itamaratí.

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NO FUE UN ERROR DE LOS CALIESES SINO LA POLITICA DEL ESTADO

Con toda la movilización que vimos en el artículo anterior de los altos funcionarios para dar satisfacciones a la embajada brasileña, la impresión que dejan es que la más alta jerarquía del régimen quedó totalmente sorprendida e indignada por el ataque de disparos en contra de la familia Abreu, como si los agentes hubieran cometido ese atropello por su propia cuenta. Sin embargo, otras fuentes nos revelan algo muy diferente:

En la pág. 29 de su libro Mameyón: Reseñas y Documentos, José Eligio Bautista Ramos (Mameyón) (uno de los integrantes del grupo de 13 personas que se asiló en la embajada de Brasil en febrero de 1960), escribe que ellos llegaron a saber que existía la orden de “tirar a matar a todo ciudadano que tratara de asilarse en la embajada que fuera”.  Seguido él señala que en esos días en que iban a asilarse él confirmó esto con un viejo amigo que trabajaba en el SIM, José Abreu, a quien Bautista le preguntó y él lo confirmó diciéndole que la orden era de “tirar a matar a quien fuera”.
De ese párrafo que muestro a continuación, está faltando una línea ya que estas fotocopias fueron lo único que pude copiar en Google Books, el cual sólo te permite acceso a unas cuantas líneas a la vez. Por suerte logré copiar las líneas que interesan, las que efectivamente relatan que el agente había confirmado dicha orden:






Más adelante, en la página 359 Mameyón cita otra fuente que le revela lo mismo: Que había una orden terminante "de matar al que fuera a asilarse." Esta vez la fuente de la información fue un calié, cuñado de uno de los que pensaba asilarse:

  

Además, el prestigioso periódico The New York Times publicó una noticia en que menciona la orden de disparar a matar que tenían los calieses que merodeaban alrededor de las embajadas, demostrando una vez más que el violento atropello contra la familia Abreu no fue un caso aislado y accidental, supuestamente debido a un “error” o exceso de parte de los calieses. A continuación copio apenas algunas líneas porque el New York Times no permite la reproducción de sus artículos:
  
                     
                                             

Este es el link a ese artículo del Gral. Edwin Simmons: http://www.history.navy.mil/research/publications/colloquium-on-contemporary-history/caribbean-tempest/a-marines-view-of-the-dominican-intervention.html
 






                    

 
De hecho, los últimos años de la dictadura no fueron la primera vez que Trujillo les ordenaba a sus agentes a que les dispararan a matar a todo el que tratara de asilarse en una embajada. Al investigar, encontré artículos de la década de 1930 que mencionan lo mismo: Que los agentes armados de la dictadura tenían esa misma orden.
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En la página 300 de su libro Los Estados Unidos y Trujillo, 1960-1961, los dias finales, el historiador Bernardo Vega menciona el caso de mi familia.

A continuación comparto varios párrafos.  Observen que después de que los jerarcas (quien más que Trujillo) dieran la orden de disparar a matar a todo el que tratara de asilarse en una embajada, cuando se vio en apuros, nos señala Bernardo Vega que el mismo Trujillo fue personalmente a la embajada de Brasil ese 7 de julio para presentar sus disculpas y prometer represalias las cuales, hipócritamente, recayeron exclusivamente en los calieses que nos acribillaron. Con esto se lavó las manos el más alto jerarca del régimen, sin cuya iniciativa o aprobación jamás se hubiera dictado la orden de disparar a matar a todo el que tratara de asilarse en una embajada, violando las instalaciones físicas de una sede diplomática.

Lo siguiente es una transcripción literal de los párrafos fotocopiados del libro (ver más abajo la fotocopia) debido a que la fotocopia es borrosa y dificil de leer:
Más asilados en la Embajada de Brasil y menos prisioneros

El día 10 el “New York Times” anunciaba la protesta del gobierno de Brasil por la muerte de un dominicano y las heridas infligidas a sus dos hijos menores y a su esposa.
Según la Embajada norteamericana a las 10:10 a.m. del 7 de julio el embajador brasileño escuchó unos diez disparos fuera de su residencia. El primer secretario observó un vehículo con placa oficial medio afuera y medio adentro del portón. Un hombre yacía en el piso, una mujer lloraba y dos hombres estaban heridos. Dos de los tres hombres estaban vestidos con sotanas. El Primer Secretario trató de defenderlos pero fueron sacados por los policías de los propios brazos del brasileño. El embajador llamó a su gobierno y recibió órdenes de retornar de inmediato a su país pero las mismas fueron cambiadas cuando logró que todos lo agentes del SIM fueran removidos tanto de su embajada como de la de otros países latinoamericanos. Uno de los muertos fue Alberto Conrado Abreu Morel, dos de cuyos hijos fueron heridos. Durante las semanas anteriores Abreu había hablado con el Agregado Naval, Coronel Simmons, en el sentido que desde junio había estado complotando sin éxito y sabía que sus días estaban contados. Simmons rehusó ayudarle en sus planes de buscar asilo. Un total de siete personas trataron de entrar en esa ocasión en la embajada: Abreu, su esposa, cuatro hijos, también la persona que manejaba el carro con placa oficial: Eugenio Cabral. Este fue herido por el SIM, perdió conocimiento y su carro chocó con otro parqueado dentro de la Embajada.
Dado el miedo de que Brasil rompiera relaciones y también que votara en contra del país en la OEA, el canciller dominicano visitó ese día dos veces la Embajada brasileña y en un gesto totalmente inusual, el propio Trujillo visitó esa noche al Embajador para darle una satisfacción. El embajador brasileño salió hacia su país el día 17, no sin antes visitar a los heridos en el hospital para protegerlos.
El día 12 la prensa dominicana reproducía una carta de Trujillo al Secretario de Justicia recomendando la amnistía para 51 prisioneros políticos, incluyendo a dos líderes del complot ----: Rafael Faxas Canto Y y Rafael Bonnelli Battle. Dearborn fue de la opinión que la medida buscaba apaciguar los ánimos durante la reunión de cancilleres de la OEA. Durante una semana habían tenido lugar tres tiroteos, vinculados a esfuerzos para lograr asilo, lo que reflejaba, en opinión de Dearborn, la inquietud que existía entre los disidentes, quienes presionaban para que la OEA tomase una acción rápida y de suficiente efectividad como lo podría ser un boicot económico por parte de toda su membresía. La oposición sabía también que si había un rompimiento colectivo no habría donde asilarse. Algunos disidentes eran de opinión que a no ser que la OEA actuase rápido y en forma decisiva Trujillo seguiría tratando de matar a Betancourt lo que no dejó de preocupar a la embajada americana ya que Celeste Matos?, una persona que había sido identificada como nombrada por Trujillo para supervisar los planes contra Betancourt había estado viajando durante los primeros días de julio al extranjero. Dearborn reiteró que su embajada tenía buenas razones para creer que los complots contra Trujillo “ahora se han refrenado en espera de la acción de la OEA.” Un disidente le había informado a un funcionario sobre la buena suerte que tenía Trujillo, ya que los crecientes problemas de los Estados Unidos con Cuba reducían la tensión de Washington contra Trujillo precisamente en un momento crítico.  

(Fin de la transcripción)





Notas

Noten que el libro dice que la embajada Americana informó que el primer secretario brasileño observó un vehículo "medio afuera y medio adentro". Obviamente, el vio el carro cuando ya lo habían hecho retroceder hasta colocarlo en la acera. Yo anoté en mi relato (ver La violación a la embajada de Brasil) que los calieses sacaron nuestro vehículo y "lo colocaron justo antes de la entrada como para hacer creer que nunca habíamos entrado en la embajada." Nosotros chocamos contra un carro que estaba mucho más adentro y después de que nos sacaron a nosotros del recinto de la embajada, sacaron el carro y lo colocaron en la acera, yo diría, para dar más detalles, que colocaron la "naríz" del carro justo en el portón, es decir, que parecía que íbamos a entrar pero que no llegamos a entrar. Esto no es cierto: nuestro carro estaba completamente dentro del recinto, había chocado con otro carro más adentro, y de inmediato empezaron a disparar. Tengo la esperanza de que algunas de las personas que nos miraban por las rendijas de las ventanas en el futuro declaren publicamente lo que vieron, pues podrán dar testimonio de que cuando salimos del carro, estábamos apenas a un metro y medio más o menos de las ventanas. Al salir del carro, yo los vi mirando por la ventana muy de cerca. Mi madre me dijo recientemente que ella también los vio mirando horrorizados. Es posible que estuviéramos aún más cerca que metro y medio pues cuando uno es niño, ve las cosas más grandes y las distancias más largas que lo que realmente son. Además, Juan Mansfield, un testigo que presenció los hechos entre la multitud que se acumuló en la acera de enfrente, dijo que él vio cuando los calieses sacaron el carro y lo colocaron en la acera (ver su importante testimonio más arriba). Además, en numerosos artículos de la prensa brasileña informan que los agentes nos atacaron "nos jardins da embaixada brasileira" (en los jardines de la embajada brasileña). Debido a que esta página ya contiene numerosos recortes de artículos y libros, no he colocado estos otros articulos porque sólo repiten la misma información.

Por cierto, el secretario de la embajada dijo que dos de los hombres llevaban puestas unas sotanas. En realidad eran tres: Mi padre, mi hermano Alberto y Eugenio Cabral, los tres vestidos de cura.

Observen, además, que Bernardo Vega menciona que en una sola semana hubo tres incidentes de disparo en diversas embajadas por parte de los agentes del régimen, comprobando lo que mencionó el general Simmons en su artículo (ver más arriba) que casi a diario acribillaban a personas que querían asilarse y tal como lo informan los artículos y los libros más arriba. Uno de los otros dos casos fue el de René Gil Ramírez a quien los calieses mataron el 4 de julio de 1960 (ver foto abajo del cuerpo de René Gil) cuando trataba de asilarse en lo que él creyó que era la embajada de Argentina, pero que resultó ser la de Nicaragua que le quedaba al lado. Naturalmente, como siempre en este tipo de caso, la prensa trujillista informó que René Gil había quedado gravemente herido después de atacar a un inocente policía con un garrote.

¿Por qué querría alguien, sin ser agredido, atacar a un policía con un garrote en un régimen de terror en que las consecuencias serían fatales? ¿Creen que una persona que se quiere asilar va empeorar su situación atacando a un policía sin ser provocado? A continuación pueden ver la foto de René Gil que publicó el periódico El Caribe dos días después:





El otro caso es el de un joven que quedó herido de bala, pero que sobrevivió gracias a la intervención de los secretarios de la embajada mexicana. A continuación pueden ver un par de recortes que se refieren al caso de Gilberto Pérez Jiménez, quien quedó herido al tratar de asilarse en la embajada de México, también el 4 de julio, tres días antes del caso de mi familia:



Ver muchos más detalles sobre el caso de Gilberto Pérez Jiménez en la página Trujillo y las Embajadas (sección: Embajada de México)

Nota: Me llamó la atención que en su libro Bernardo Vega dice que mi padre le había solicitado ayuda a un coronel Simmons de la embajada norteamericana. Le pregunté a mi familia si sabían algo sobre este coronel y me dijeron que no. Lo único que yo había oído en los años sesentas de parte de mi madre (o de mis hermanos mayores, no recuerdo) era que mi padre le había solicitado ayuda a un capitán (almirante?) de un barco americano para que nos sacaran del país y que esto le fue negado. Al leer esto, no dudo de que se trata del mismo militar ya que en su artículo (A Marine's View of the Dominican Intervention), el entonces coronel Edwin Simmons dice que él era el agregado naval de la Embajada Americana en 1960 (ver sobre este artículo más arriba).

Otra observación que quiero hacer es que la prensa brasileña (por lo menos los artículos que he leído) no informó sobre la visita del propio Trujillo a la embajada de Brasil esa noche tal como lo comenta en su libro Bernardo Vega. Es posible que el embajador Jaime de Barros y la Cancillería de Brasil no quisieran crear más tensión humillando el elevadísimo orgullo de Trujillo con hacer de conocimiento público que el Generalísimo tuvo que descender de su trono e ir personalmente a la embajada a dar explicaciones. Con esta omisión talvez trataron de facilitar las negociaciones para el salvoconducto de mi familia y de otros asilados que tengo entendido se encontraban en la embajada brasileña. O talvez los mismos funcionarios dominicanos pidieron que la visita de Trujillo a la embajada no se divulgara.

Por cierto, María Magdalena Escobar, la hija del embajador de Argentina, el Dr. Enrique Escobar Cello, al mencionar el caso de mi familia en sus memorias, escribió que:

 "En ese momento bajaron todas las embajadas sus persianas, mi padre salió de su oficina y fue a presentarle su solidaridad al embajador de Brasil. La mayoría de los centroamericanos estaban vendidos a Trujillo y no los aceptaban (a los que buscaban asilo) sabiendo que al salir los matarían ya que los venían persiguiendo. Así llegó José Frank, venía de la embajada de Costa Rica le abrí enseguida la puerta, me echó al suelo, y volaron los tiros. También atacaron la embajada de México..."

(Ver más en le página Trujillo y las embajdas de este portal sobre la valiente participación del embajador argentino y su familia en proteger a los numerosos asilados en su embajada.)
Pueden encontrar esta cita en el siguiente link: http://chinaescobar2.blogspot.com

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Varios articulos del Jornal do Brasil

Creo que los siguientes artículos en verde sólo les podrían interesar, talvez, a los investigadores. Debido a que yo había traducido algunos de los artículos que encontré en el Jornal do Brasil para documentar para los periodistas que se interesaran en publicar algo sobre el caso de mi familia, decidí incluir aquí algunas de las traducciones que yo ya había hecho del portugués sencillamente para que el fruto de ese esfuerzo no languideciera olvidado en mis archivos sin que algún investigador que le pudiera interesar el aspecto diplomático-jurídico del caso lo pudiera aprovechar. Debajo de cada artículo se encuentra la traducción que yo había hecho de cada informe.

En las ediciones del Jornal do Brasil publicadas en el Google News Archive están faltando varios días de julio próximos al día en que nos asilamos, por lo que estoy segura de que habrán otros artículos interesantes sobre el caso a los cuales no se puede tener acceso.

Hay, además, otros artículos no incluidos aquí que yo no traduje porque creo que sencillamente describían en forma general los sucesos, las medidas tomadas por la embajada brasileña y la comunicación con su cancillería que no aportan nada diferente ni especial.












Traducción:

Presidente anuncia que va a actuar con prudencia en el caso del ataque a la embajada

El presidente Juscelino Kubitschek, después de una reunión realizada ayer en el Palacio das Laranjeiras con el Ministro Horacio Lafer para discutir la posición de Brasil ante los principales problemas internacionales, afirmó, refiriéndose a los acontecimientos registrados en la embajada de Brasil en Ciudad Trujillo, que “Brasil tomará medidas con la energía y la prudencia que el caso requiere.”


El Itamaratí, por su parte, anunció que una decisión sobre el asunto sólo se tomará después de la llegada del embajador Jaime de Barros Gomes, llamado para consultas. Informó además sobre las medidas tomadas por el gobierno dominicano con el fin de castigar a los culpables del asesinato de dos ciudadanos dominicanos que buscaban asilo en los jardines de la embajada brasileña.


DISCULPAS


Informó el Itamaratí que después de las protestas de la cancillería brasileña, el gobierno dominicano, a través de una visita personal del Ministro de Relaciones Exteriores a la Embajada de Brasil y del “mensaje del Presidente de la República,” presentó “las disculpas y expresó su pesar por lo ocurrido, compremetiéndose a castigar severamente a los culpables”.


Ayer el Ministro de Justicia, en nombre del Presidente de la República Dominicana, compareció en la embajada brasileña, acompañado por el Procurador General de la República, el Procurador Adjunto a la Corte de Apelaciones, el Procurador Fiscal del Gobierno y dos jueces. Afirmó que, después de haber oído el relato del embajador y los miembros de la embajada, el proceso sería llevado a cargo por la Justicia y los responsables recibirían un “castigo ejemplar.” Agregó que tres de los principales acusados ya estaban en detención preventiva.


Dice la nota del Itamaratí que el gobierno brasileño espera la llegada del embajador brasileño en República Dominicana para oír de su parte el relato minucioso de lo ocurrido y de las medidas subsiguientes que se tomaron, reservándose hasta que tenga en sus manos todos los detalles, de tomar una decisión final sobre el asunto. El embajador Jaime de Barros ha enviado informes sobre el hecho al Itamaratí.

(Fin de la traducción)

Nota: En Brasil le dicen a la cancillería brasileña el "Itamaratí".

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(Traducción del artículo)

(Primera página)


Cámara aplaude rompimiento


El Plenario de la Cámara de Diputados en Brasilia recibió con aplausos la lectura de la opinión de la Comisión de Relaciones Exteriores de esa Cámara que le recomienda al gobierno el rompimiento de relaciones con el gobierno de la República Dominicana. (Pag.5)


(Página 5)


Plenario de la Cámara recibe con aplausos la recomendación de rompimiento con Trujillo


Brasilia (Sucursal) - El Plenario de la Cámara de Diputados manifestó ayer su aplauso al comunicado del Sr. Raimundo Padilha, Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, sobre la deliberación de ese órgano de recomendarle al Poder Ejecutivo el rompimiento de las relaciones con la República Dominicana.


Al recomendarle a la Cámara esa decisión, aprobada por la propuesta del diputado Vasconcelos Torres, el diputado Raimundo Padilha destacó la gravedad del atentado llevado a cabo contra la soberanía de Brasil, cuando las autoridades del régimen del dictador Trujillo invadieron la embajada brasileña en la República Dominicana para matar asilados políticos.


INDICACIÓN/INSTRUCCIÓN


Después de referirse a las circunstancias en que ocurrió el atentado, el Sr. Raimundo Padilha indicó que la protesta del gobierno brasileño por el hecho era insuficiente y justificó la siguiente indicación (?) de la Comisión de Relaciones Exteriores que leyó desde la tribuna de la Cámara:


La Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, reunida hoy en sesión extraordinaria para evaluar los graves acontecimientos ocurridos en la Embajada de Brasil en Ciudad Trujillo, República de Santo Domingo, y sus repercuciones en la opinión nacional, después de escuchar un amplio informe de su presidente, Raimundo Padilha.


Considerando que estos hechos, sin paralelo en las relaciones de Brasil con cualquier otra nación del mundo, vienen a culminar en una serie de atentados a la soberanía y la dignidad de las representaciones extranjeras en territorio dominicano


Tomando en cuenta la circunstancia en que la ultrajante invasión de nuestra embajada por agentes de un régimen dictatorial acentúa la responsabilidad, si bien indirecta, del respectivo gobierno y del poder personal que lo expresa


Ponderando además que se impone el que se satisfagan los más legítimos reclamos de la conciencia nacional justamente airada.


Delibera, por unanimidad de votos de los señores diputados presentes:

      a) Aprobar la indicación (?) del señor Vasconcelos Torres en el sentido de recomendarle al Poder Ejecutivo, responsible directo de la política exterior del país, el rompimiento inmediato de nuestras relaciones diplomáticas con la República Dominicana.


b) Encargar a su Presidente, el diputado Raimundo Padilha, comunicar esa resolución al Plenario de la Cámara de Diputados.


 (Fin de la traducción)

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Jornal do Brasil
14 de julio, 1960
Editorial: Trujillo y Brasil

Resumen:

Dice que Brasil no debe romper relaciones exteriores con República Dominicana por la violación a su embajada cuando dominicanos buscaban asilo político para que todavía exista una válvula de escape por donde puedan escapar los perseguidos por el terror y la violencia del Benefactor. Dice que no es exactamente como el caso de Venezuela en que República Dominicana se metió en los asusntos internos de Venezuela con el reciente atentado contra Betancourt. Concluye diciendo que es mejor una embajada allá que un chargé d’affaires (encargado de negocios), que es una agencia siempre precaria e incapaz de abrigar a los refugiados.


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Periódico Correio da Manha:

Policía de Trujillo mató a contador en el jardín de la Embajada Brasileña



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Estos son recortes que mi madre encontró entre sus viejos documentos y me los envió para que yo lo compartiera. Lamentablemente no anotamos cual periódico brasileño los publicó:




Los temores de mi hermano no eran infundados pues Eugenio Bautista Ramos en su libro (Mamayón: Reseñas y documentos) menciona un incidente en la entrada del Hotel Argentina (donde estábamos hospedados) con un agente de Trujillo (no sé si ocurriría antes o después de que nosotros estuvimos en el hotel). Al poder leer algunos párrafos de este libro, también me di cuenta de que los temores de mi madre en el avión hacia Brasil tampoco eran fruto de la paranoia que los dominicanos sufríamos pues en ese libro (pg. 361) Mameyón relata que en el avión en que ellos partirían se iba a subir un agente del SIM y que antes de subir Juan Miguel Román lo amenazó diciéndole: "Si te montas, te ahogo en el baño. El tipo no subió al avión..."

Noten que este artículo (al igual que otros de la prensa brasileña) habla de "policía" cuando se refiere a los calieses que mi hermano temía que podrían estar infiltrados en el lobby del hotel. Como en Brasil no conocían la palabra exclusivamente dominicana de "calié", la prensa brasileña siempre usaba la palabra "policía" al referirse a la policía secreta del régimen. Si al leer este artículo alguien tomase la palabra "policía" en el sentido de agente uniformado" cometería un error obvio ya que sería absurdo pensar que el dictador mandaría, no a sus agentes secretos, sino a sus policías uniformados a un hotel de otro país a matar a un exiliado.

Lo mismo podemos ver en el caso de las hermanas Mirabal. Ellas fueron interceptadas por agentes vestidos de civil, ninguno estuvo uniformado. Sin embargo, al referirse a este famoso caso, la prensa brasileña siempre dice que fueron interceptadas y asesinadas por la “policía” del régimen trujillista.


Años después de la caída de la dictadura, varios de los que se habían asilado en embajadas siempre se referían a los agentes que merodeaban alrededor de las embajadas y que inclusive trataron de interceptar su entrada en términos de “calieses” y a veces de “agentes secretos”. Hasta ahora, no he encontrado a ningún ex asilado o periodista dominicano que se refiera a los agentes que “resguardaban” las embajadas en Ciudad Trujillo como policías. Por ejemplo, en su libro (Mameyón: Reseñas y documentos, pg. 348 ) Bautista Ramos (“Mameyón”), quien se pudo asilar en la embajada de Brasil a tiros en febrero de 1960, refiriéndose a la embajada de Brasil dice: ”Esta embajada estaba rodeada de calieses del régimen, con la orden de matar a todos los que se fueran a asilar…” Sin embargo, al dar la noticia en febrero sobre ese asilamiento masivo, los periódicos de Brasil hablaban de la “policía de Trujillo”, no mencionaban “agentes secretos” ni “calieses” (ver pg. Trujillo y las embajadas). Fidelio Despradel, en su libro (Memorias de un revolucionario, pg. 178) también se refiere a los "calieses" que vigilaban la embajada de Brasil. Lo mismo hace Mario Read Vittini, quien también se asiló en la embajada de Brasil.
Todo lo anterior nos dice que, efectivamente, eran “calieses” o agentes secretos los que resguardaban las embajadas, pues nadie mejor que un dominicano sabía distinguir entre un calié y un policía uniformado. Naturalmente, cuando la prensa trujillista se refería a los incidentes violentos que ocurrían cuando personas trataban de asilarse, no admitían que las embajadas estuvieran vigiladas por agentes secretos, los calieses, sino que siempre hablaban de que "policías", es decir, agentes del orden, habían sido atacados por delincuentes o revoltosos, como se puede ver más arriba en el caso de René Gil.  
La excepción es el caso del asilamiento prolongado del grupo grande que pasó varios años encerrado (ver Trujillo y las embajadas) en lo que primero fue la embajada de Venezuela, luego de Ecuador y finalmente de Brasil ya que el régimen ni siquiera trató de disimular y tuvo a esa residencia diplomática rodeada por numerosos guardias, ni siquiera policías (“un pelotón entero”, según un diplomático norteamericano), es decir, la tenía prácticamente bajo asedio militar.

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Este articulo indica que dos de los calieses que dispararon contra mi familia en la embajada fueron Tavares Blandino y José L. Fernandez Reyes. Este último aparece en una lista de calieses del SIM que ha sido publicada en varios portales del Internet.

Noten dos detalles: 1) El artículo se refiere a ellos como "calieses", confirmando lo que nosotros vimos (no eran policías) y 2) dice, además, que los calieses penetraron en los jardines de la embajada de Brasil.





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Dos testigos que hoy todavía están con vida son el Dr. Julito Hazím y el Dr. Jana. Ellos eran jóvenes que estaban haciendo la pasantía de su profesión en el Hospital Gautier. Ellos atendieron a mi madre y le aconsejaron que fingiera seguir muy afectada por el golpe que recibió en la cadera para que la mantuvieran en el hospital hasta que se obtuviera el salvoconducto y pudieran salir desde el hospital directamente al aeropuerto, sin correr el riesgo de que los desaparecieran ya fuera del hospital. Mi hermano Alberto me contó que estos jóvenes médicos inclusive exageraban en sus informes médicos la condición de mi madre y mis hermanos con el fin de prologar su estadía en el hospital.

Un par de veces Guillermo García, el hijo del pastor de la Iglesia Evangélica Dominicana, Rev. Raymundo García, me había dicho que Ligó Cabral había estado en el programa de Julito Hazím hace varias décadas en el cual hablaron sobre lo que le ocurrió a mi familia y me contó que hablaron sobre el atentado que sufrió Ligó Cabral de noche en dicho hospital por parte del hermano de un conocido general del régimen.

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Reportaje

Alberto Conrado Abreu Morel


Por Angela Peña
11 de junio, 2013
Hoy.com.do

Dame Dios mío más piadoso celo/ Libra mi alma de la ambición mundana / Dame más fe para mirar al cielo / desde este valle de miseria humana”.

Es parte de un documento inédito titulado “Reflexión” que dejó escrito Alberto Conrado Abreu Morel y que conserva su hijo mayor. Con esa cita concluyó una biografía que entregó al instituto que lleva el nombre de su progenitor porque el alumnado desconocía quien fue el consagrado maestro, misionero, predicador elocuente y mártir de la tiranía trujillista.

Aparte de esta semblanza solo Mildred Guzmán lo menciona en su libro  “El Bosch que yo conocí”. Sin embargo, pastores y feligreses protestantes tienen inmensidad de testimonios sobre su vida, sus luchas contra la satrapía y el infortunado final en la embajada de Brasil donde cayó abatido por sicarios trujillistas al intentar asilarse con su esposa Luz María Piña Saladín, sus cuatro hijos y Eugenio Cabral, alias “Ligó”.

Hay tanta información recopilada sobre el osado apóstol que su primogénito tiene un libro listo para impresión y hay una historia novelada “de un hijo del reverendo Mieses”,  reveló Guillermo García Fernández cuyo padre, el ministro Raymundo García, fue amigo entrañable y compadre de la víctima. Guillermo ha continuado esa relación con Alberto a  quien bautizó una hija.

“Yo estaba enterado de todo por Eugenio, porque don Alberto era  muy reservado. Decidió acudir a Eugenio empujado por la desesperación porque entre ellos no existía esa gran amistad. Eugenio trabajaba como chofer en Cenadarte y manejaba una station wagon”. Cuenta que “Genito”, como le llamaban, “se vinculó siempre con todos los pastores que conoció en el Instituto Evangélico de Santiago. Le decían “Ligó” porque allá lo acogió la familia  Lithgow”.

Ese centro fue cuna de una  hornada de propagadores de la fe cristiana, norteamericanos y dominicanos que fueron después perseguidos y torturados psicológicamente por el régimen. Allí fue Alberto subdirector y profesor.

Abreu Morel poseía excepcional inteligencia y preparación profesional  por lo que el Gobierno procuró sus servicios como traductor y contable. Le encargaron la traducción al inglés de “Meditaciones morales”, supuestamente escrita por María Martínez de Trujillo, declaró Guillermo. Estando en esa posición, añade, viajó a Venezuela y apreció lo que era un estado democrático y se le despertó el deseo de ir a vivir a Estados Unidos pero siempre fue rechazado.

Vivía asqueado de las atrocidades del trujillato y no solo formó células clandestinas sino que preparaba y distribuía panfletos que dejaba al descuido en carros públicos.

Tenía otro compadre y compañero de iglesia y magisterio, Justo Manuel Román, padrino de Albertico. Un hijo de este, piloto de la Fuerza Aérea, Hugo, le contó las torturas y los fusilamientos de los expedicionarios de 1959, lo que acrecentó su indignación y aceleró su “compromiso de destruir la dictadura”, anota el hijo. En  “Ecos evangélicos”, el profesor Román narra los afanes de libertad de Alberto afirmando que “no era feliz: había abandonado cargos en donde hubiera podido hacer fortuna porque eran puestos por donde entraban y salían procedimientos de la política sucia, rapaz e implacable de Trujillo”.

“Yo prefiero que mis hijos mueran  antes que crecer en el asfixiante ambiente en que vivimos los dominicanos”, confió a Román a quien acudió cuando viajó a Santiago a buscar viejos amigos para incorporarlos a “Los decenarios”. Román le acompañó “y se percató de que los estaban siguiendo y parece que Alberto lo sabía”. El militante había renunciado a su último trabajo público de contralor en el hotel El Embajador y se dedicó a “comisionista” y vendedor de seguros de “General Sales”, que “estaba en la calle Mercedes”, para tener tiempo de dedicarse a la acción política.

Sus células eran un secreto tan grande que todavía no se sabe quiénes eran los miembros, expresa García que conserva un rico archivo de fotos y documentos heredados de su madre Dolores quien fue educada por los esposos George y Ruth Mills,  superintendentes durante años del Instituto Evangélico “que era la sede de la Iglesia Metodista Libre”. También el patrimonio del reverendo García que ejerció su magisterio por toda la República. Eugenio Cabral les llama “papi, mami, Ray, Lola” en fotos que  les enviaba desde Brasil.

“Yo le pregunté después a una gran amiga de Alberto Abreu, Milagros Hasbún, si alguna vez él le había contado algo y me dijo que nunca, pero que lo estaban persiguiendo”, narra Guillermo.

Infiltrados, “accidentes”.   Alberto entregó a Raymundo García una caja con las sotanas que se pondrían los tres varones mayores para confundir a los calieses, confeccionadas por las hermanas Juana y Asunción Santos. “El plan fue muy elaborado, se cortaron  planchas de acero para cubrir el vehículo previendo lo que lamentablemente sucedió”.

“Genito sale con las túnicas en la mañana y ahí comienza el tiempo a correr”, comunica Guillermo. “Pero ya el régimen había infiltrado gente en las iglesias”, declara,  narrando el caso de una presunta  exmonja que delató a su padre por expresiones de condena al asesinato de los revolucionarios de 1959.  Al otro día fue interrogado por el SIM y Cholo Villeta “le dio una charla sobre el poderío militar trujillista”.

El destino de Alberto Conrado Abreu Morel quedó marcado desde que Cabral recogió los hábitos. Un calié al acecho en la 19 de Marzo esquina Santiago Rodríguez pasó el informe. Recorrieron varias embajadas y finalmente, en la de Brasil, los esperó un ejército que  mató a Alberto Abreu el 7 de julio de 1960 e hirieron a “Lucita”, la esposa, a Albertico y a Cabral. “Albertico salió al desatarse el tiroteo y don Alberto vino tras él, a Eva el Señor la protegió porque una bala atravesó el asiento y solo la rozó. El profesor Lora Beltrán, funcionario de Educación, vio todo y exclamó: ‘Jamás pude pensar que era Alberto Abreu”, refiere Guillermo.

Cuenta que a los sobrevivientes los trataban “como leprosos de los tiempos bíblicos, todo el mundo se alejó, nadie se atrevía a ir al hospital”. Pero se atrevieron los padres de Guillermo y Nahum Perkins, quienes también despidieron a los desterrados al aeropuerto.

“Mister Perkins tuvo después un “accidente” en la autopista Duarte y cuando la iglesia lo llevó a Haití ya lo estaba esperando Johnny Abbes y allí fue víctima de otro más grave a causa del cual murió tiempo después”.

La noche anterior al asilo, Alberto Abreu cenó junto a la familia “como de costumbre. Sin embargo, estábamos conscientes de que esa podría ser nuestra última cena”, anota Albertico, y agrega: “Esta vez sus ojos no reflejaban odio ni amargura. Se mostraba muy tranquilo y en paz con sí mismo y con su Dios. Mi padre tenía 48 años de edad”. 

(fin del artículo)

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Para completar, decidí anadir un comentario que encontré recientemente de Juan Mansfield, el testigo que cité al principio de esta página. Encontré este comentario cuando leía la página de Fundación Testimonio en Facebook. El Sr. Mansfield comentó un artículo que se publicó en Fundación Testimonio el 16 de junio, 2017: 



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